María Luisa Ramírez Castro Q.E.P.D
Unas cortas palabras para iniciar el viaje.
Cómplice, amiga, madre, compañera. Debemos agradecer por todo el tiempo compartido, por los valiosos aportes que contribuyeron a forjar este sueño, Luz de Luna. El café de las mañanas que ayudaba a soportar las largas o cortas jornadas de trabajo en nuestra casa, su casa, los chistes, el lenguaje cifrado, las miradas de complicidad o de reproche, los regaños, el baile, la música, las mascotas y todas las anécdotas, ahora harán parte de los recuerdos que mantendrán viva a María, en nuestros corazones y memoria.
Para nosotros es un orgullo mencionar que contamos con una integrante que luchó toda su vida por mantenerse viva, activa, independiente y sonriente, que le hizo caradura a la muerte hasta el último momento, hasta cuando sus fuerzas se extinguieron pero que estuvieron acompañadas de una sonrisa que perdurara en la memoria.
La sensación fría de la soledad embarga nuestros corazones porque ya no la encontraremos en la casa, estará presente y viva en nuestras tareas diarias. Las lágrimas se nos escapan y nos preguntamos por qué nos toca esto, pero recordamos aquellas frases de aliento, de complicidad y de madre de todos los actores y actrices que han pasado por la casa.
Es cierto que ya estaba cansada, que la miseria del sistema de salud que nos toca nos lleva a todos al mismo hueco, pero María no quería dejar su último suspiro en el pasillo de un hospital, se resistía a estar envuelta en tubos y agujas, ella quería despedirse en el mismo lugar donde lo había hecho su hijo, su Víctor Hugo, por el cual resistió incansablemente y por el cual llegó a nuestras vidas.
Amigos, familiares y vecinos, hoy compartimos un luto, se va una de las integrantes de nuestro grupo y lamentablemente la despedimos desde la distancia, ustedes que ahora escuchan esto por favor acompáñenla con alegría, SI, CON ALEGRÍA, porque así quería ser recordada, así era ella, feliz y sorpresiva, estamos 100% seguros que no quería ver triste a ninguno de los que está aquí. Como ella decía, “estoy en mi casa y de aquí me voy bailando”
Es cierto que la vida y la muerte nos junta, nos acerca con el pretexto de compartir un abrazo fraterno, una palabra de aliento y una mirada de esperanza, nos revienta el alma no poder estar ahí para decirle nuevamente cuanto la queremos, cuanta falta nos hace, pero ustedes que están ahí díganselo y acompáñenla, pronto estaremos más cerca para honrarla y recordarla en comunidad.
Gracias amigos, familiares y vecinos por el apoyo, solidaridad y respeto que han tenido por esta situación. Gracias.
Colectivo Teatral Luz de Luna
Medellín. Noviembre 4 de 2014
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